lunes, 26 de mayo de 2008

Shogun - Alma (1999)

Algunos animales de sangre caliente, mamíferos y aves sobreviven en invierno entrando en una especie de sueño profundo, logrando que su actividad corporal sea más lenta y su temperatura descienda para ahorrar energía. El corazón les late más lentamente y la respiración se hace también más pausada. Pueden lograr que la temperatura de su cuerpo se asemeje a la de su entorno, aunque se acerque al punto de congelación. Un ejemplo de estos animales son los osos. Los animales que hibernan suelen utilizar lugares cálidos y seguros para pasar el invierno. Los murciélagos duermen en el fondo de las cuevas y cavernas, donde la temperatura no cambia demasiado. Muchos pequeños roedores hibernan bajo tierra, en madrigueras forradas de hierba para mantener el calor. Algunos otros animales, como la ardilla terrestre ártica y el lirón, pasan más de la mitad de su vida hibernando. Los procesos corporales del animal están al mínimo, y obtiene la energía de la reserva de grasa de su cuerpo. Algunos animales pierden hasta el 40% de su peso mientras hibernan; otros, como los hámsters, guardan una reserva de alimento en sus madrigueras para el invierno, y durante los meses fríos despiertan de vez en cuando para comer un poco. Los animales de sangre caliente consumen alimento para producir calor y mantener así su temperatura corporal más o menos constante. En invierno, estos animales tienen que producir más energía para conservar el calor con la misma eficacia, aunque el alimento escasee en su entorno. Es por esto que hibernan, para ahorrar energía. Sin embargo, en los países donde hay una estación cálida y seca, y el agua y la comida escasean durante el verano, muchos animales entran en un estado muy parecido a la hibernación, llamado Estivación, para sobrevivir a la sequía y ahorrar energías. Muchas ranas y sapos se ocultan para la estivación en madrigueras subterráneas, frescas y húmedas. Entre los animales que hibernan podemos citar a los murciélagos (mamíferos), algunos insectívoros como el erizo, y ciertos roedores como el lirón, la marmota, el guarencito, el hámster y la ardilla terrestre. Entre las aves, las chotacabras del Este de América del Norte. Los osos se amodorran durante los meses de fríos, y las ardillas duermen durante varios días seguidos si la temperatura desciende demasiado, pero esto no se trata de una hibernación, porque la temperatura de sus cuerpos no desciende significativamente y pueden despertar con facilidad. Esto les da la ventaja de poder enfrentar el peligro con rapidez. Entre los animales de sangre fría, los anfibios, los reptiles y los peces, pierden calor si desciende la temperatura de su entorno, y automáticamente quedan inmóviles. Muchas serpientes y lagartos duermen durante el invierno en madrigueras. También pequeños insectos como las chinitas y algunas mariposas duermen en invierno en lugares resguardados.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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