jueves, 13 de marzo de 2008

Victor Jara - Habla y Canta (1972)

Esto fue lo último que escribió Victor Jara : "Somos cinco mil en esta pequeña parte de la ciudad. Somos cinco mil. ¿Cuántos seremos en total en las ciudades y en todo el país? Solo aquí, diez mil manos siembran y hacen andar las fábricas. ¡Cuánta humanidad con hambre, frío, pánico, dolor, presión moral, terror y locura! Seis de los nuestros se perdieron en el espacio de las estrellas. Un muerto, un golpeado como jamás creí se podría golpear a un ser humano. Los otros cuatro quisieron quitarse todos los temores, uno saltó al vacío, otro golpeándose la cabeza contra el muro, pero todos con la mirada fija de la muerte. ¡Qué espanto causa el rostro del fascismo! Llevan a cabo sus planes con precisión artera. Sin importarles nada. La sangre para ellos son medallas. La matanza es acto de heroísmo. ¿Es este el mundo que creaste, dios mío?. ¿Para esto tus siete días de asombro y trabajo?. En estas cuatro murallas solo existe un número que no progresa, que lentamente querrá más muerte. Pero de pronto me golpea la conciencia y veo esta marea sin latido, pero con el pulso de las máquinas y los militares mostrando su rostro de matrona llena de dulzura. ¿Y México, Cuba y el mundo? ¡Que griten esta ignominia! Somos diez mil manos menos que no producen. ¿Cuántos somos en toda la Patria? La sangre del compañero Presidente golpea más fuerte que bombas y metrallas. Así golpeará nuestro puño nuevamente ¡Canto que mal me sales cuando tengo que cantar espanto! Espanto como el que vivo, como el que muero, espanto. De verme entre tanto y tantos momentos del infinito en que el silencio y el grito son las metas de este canto.Lo que veo nunca vi, lo que he sentido y que siento hará brotar el momento..."

1 comentario:

Anónimo dijo...

Han transcurrido muchos años desde que estas llanas palabras fueron escritas, escondidas, encontradas, y publicadas para luego leerlas con amargo trago. Hoy me parecen letras conmemorativas de tanto error pasado repetido en el presente, como un efecto mariposa que comprende. ¿No era que el dolor y el sufrimiento es algo que el ser humano evita por naturaleza?. Pues, como una paradoja la escencia es que nos gusta volver a vivir las calamidades.
A lo mejor no contamos con los mejor de los animales, que ante el dolor tratan de no repetir la experiencia. Y así aceptan ser domesticados.
Hoy quisiera ser un perro, para demostrar que lo que en algún momento me produjo sufrimiento, la sola idea de vivirlo una segunda vez es inaceptable.
Victor Jara siempre me ha hecho repasar esa sensación y será por eso que su arte vive en mi, con cierta persistencia.
QUe más da!!!... Brindo por el Ruiseñor.

Carlos Acevedo
lapegagolpea.wordpress.com